Adiós a Tomás Calero García. Sobre todo: publicitario

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Nos ha dicho adiós Tomás Calero García, heredero junto a su hermano de una estirpe de publicitarios de la provincia de Jaén y posiblemente el mejor representante del mundo de la publicidad, no solo en la provincia, sino con un reconocimiento profesional prácticamente en toda Andalucía.

Heredó junto a su hermano una agencia fundada por su padre, nacida para «vender anuncios» de los viejos talleres de diario JAÉN. Desde esa modesta agencia colocaron a Calero Publicidad en el mayor reconocimiento andaluz de esta profesión.

Fue «padre profesional» de muchos de los publicitarios que hoy en día se dedican a ese difícil arte de vender imagen en los medios de comunicación. Ha sido un persona que muchos le debemos gran parte de lo que sabemos en el mundo publicitario.

Desde hace un par de años y tras el cierre de Calero Publicidad vivía cómodamente de su jubilación,era habitual verle por los bares del centro de Jaén tomándose su café o alguna cerveza y ofreciendo su sabiduría a quien quería recibirla. A pesar de su jubilación merecida por el trabajo realizado, no se terminaba de alejar del mundo publicitario, era su tema de conversación favorito porque era ahí donde se movía como pez en el agua.

Cientos de clientes, de grandes cuentas y pequeños anunciantes han pasado por la mano de Tomás Calero para llevarle su mejor imagen hacia los clientes. Siempre tenía una palabra de apoyo, un consejo para el anunciante y una palabra «sabia» para el medio. Su vida junto a su agencia fue, sobre todo, Diario JAÉN, un amor que le transmitió su padre y juntos elaboraron uno de los momentos de mayor esplendor de medio provincial.

Hoy, cuando se nos ha ido Tomás Calero, uno de los merguis, uno hecha de menos un reconocimiento social que se ganó en el tiempo que ejerció esa profesión. Este Jalen, que le «cuesta» reconocer el buen hacer de los suyos le debe ese homenaje y reconocimiento a una de las figuras más destacadas en el mundo de la publicidad, porque ese mundo hay un ante y un después de los hermanos Calero. Tomás se ha ido con el reconocimiento de los más cercanos, pero se merecía algo más. Descanse en Paz, que la tierra te sea leve y que  descanses de esas jornadas interminables enlazadas con sábados y domingos que realizaste en una profesión que amabas y de la que te costó mucho alejarte, aunque creo que jamás te alejaste del todo. DEP.