El presidente de Diputación visita junto al presidente de la Generalitat Valenciana el Museo Miguel Hernández

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El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, ha participado junto al alcalde de Quesada, José Luis Vílchez, en la visita que el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha realizado al Museo Miguel Hernández-Josefina Manresa, que se ubica en la localidad quesadeña y que custodia parte del legado de este poeta alicantino que adquirió la Administración provincial jiennense en 2013.

Durante esta visita, han recorrido las distintas salas en las que se divide este espacio museístico dedicado a Hernández y a su esposa, que ocupa más de 550 metros cuadrados de la planta baja de un edificio que alberga también las obras de los pintores Rafael Zabaleta y José Luis Verdes. La vida y la obra del poeta alicantino, así como su relación con su esposa Josefina y con Manuel, el hijo de ambos, centran el contenido de este museo distribuido en un total de seis salas que están ordenadas cronológicamente y que se denominan como sus principales obras.

Así, la infancia y juventud de Hernández se aborda en la sala “Perito en Lunas”, con fotografías de su familia y compañeros de colegio o información de sus poemas de juventud, además de sus primeras publicaciones en prensa y de la correspondencia con sus amigos de Orihuela. La relación con Josefina Manresa, su vida en Madrid y su relación con otros poetas y amigos como Vicente Aleixandre o Pablo Neruda centran el contenido de la sala “El rayo que no cesa”, que incluye imágenes junto a su esposa y objetos personales como la maleta que utilizaba en sus viajes, entre otros elementos, así como parte de la correspondencia que mantuvo con Neruda.

“Viento del pueblo” está dedicada a la etapa de Hernández como periodista en el frente durante la Guerra Civil, su estancia en Jaén –en la que escribió el poema “Aceituneros” en cuyo texto se basa el Himno de la provincia jiennense – y su matrimonio con Josefina Manresa, así como al nacimiento de su primer hijo.

Su vida en la cárcel tras el final de la Guerra Civil se reflejan en la sala de “Cancionero y Romancero de ausencias”, que recrea una celda y reproducciones de sus expedientes carcelarios, entre otros elementos, mientras que la última sala se centra en la transcendencia cultural del poeta.

Junto a la reproducción de documentos y manuscritos de Hernández, en este museo se puede contemplar también piezas originales del legado hernandiano –compuesto en total por más de 5.600 elementos vinculados a este poeta entre manuscritos, cartas, libros, fotografías, prensa o cuadros, entre otros–. En concreto, entre los objetos originales que se exhiben este museo figuran la máquina de escribir que el poeta alicantino utilizó durante su etapa como corresponsal de guerra o la lechera que usaba Josefina Manresa para llevarle comida a la cárcel y de donde salieron escondidos algunos de los poemas hernandianos más destacados.